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A TOPE

miércoles, 20 de abril de 2016

IV TRAIL CARA LOS TAJOS


Y vaya carrerón. Por algo en sus cuatro ediciones ya ha sido en una ocasión campeonato de España, y este Campeonato de Andalucía. Una cosa tengo clara, aquel que quiera disputar una verdadera carrera de montaña no puede dejar de participar en esta carrera, tanto por recorrido, precioso, como por una gran organización. En todo momento el corredor se siente arropado.

Pues llegaba el momento de participar en la última carrera antes de los 101 km de Ronda. Había elegido Cara los Tajos porque era domingo, no iba a poder disputar HOLE y ya había oído hablar muy bien de ella.





¡Pero dónde me he metido!
La carrera ya empieza subiendo, quien no hubiera calentado, ya lo iba a hacer, y nada más empezar. Los primeros kilómetros, que transcurren por senderos, y al haber tantos corredores hace que se formen tapones. Prácticamente senderismo. Pero tampoco viene mal, y menos aun para un tractor como yo, que necesita su tiempo para que el motor empiece a funcionar. Poco a poco se despeja y llegamos a un tramo donde se puede correr. Qué lujo correr por unos senderos que te permiten soltar piernas. Pero la alegría dura poco. Hay que volver a subir. Antes de empezar una subida, me encuentro a los compañeros Alfon, Aurelio y Sonia (novia de Ángel), todos dando ánimos. Paro para que Alfon me guarde el movil en la mochila (bendita mochila) y me comenta que Juanjo va a unos 5-10 minutos por delante. En tono de broma le digo que ya lo pillaré, a él y a todo el grupo que va por delante de mi. Por cierto, participábamos por equipos, y en ese momento yo ocupaba la última plaza del mio (¡qué raro no!). Seguimos subiendo y consigo pasar a varios corredores. Es subida, pero no con mucha pendiente, y ahí me desenvuelvo bien. En este momento comienzan mis primeros contactos con una cordobesa con la que luego compartiría parte de carrera. Sigo y paro poco en los avituallamientos. Sólo cojo naranjas y si veo necesario paro para llenar la botella de agua. Al rato y tras varios kilómetros, alcanzo a Juanjo. ¿Qué hace este aquí? Me comenta que Carlos va un poco más adelante, y que tire. Sigo a mi ritmo, constante, no se si Juanjo me seguirá. Se queda un poco atrás, pero no mucho. Creo que siempre me tiene a tiro. Tampoco voy a tirar yo mucho más, y pienso que cuando lleguen las partes más técnicas se pondrá a mi altura, e incluso me dejará atrás. La carrera se pone más divertida.
Llegamos a zonas más técnicas. Piedras, pues si, había muchas piedras. No me imaginaba yo tanto recorrido técnico. Se ve que no me había estudiado nada la carrera. Lo único que había mirado era que los últimos kilómetros eran de bajada, y que ahí podría dejarme caer (nunca mejor dicho). Juanjo me alcanza, como había previsto, y bajamos por un sendero muy técnico tras la cordobesa. Nos pasan un par de corredores. No hay prisa. Los tobillos en esta carrera están siempre al límite del ko. Cuando acaba este sendero tan técnico (cuyo nombre no se) llegamos a un avituallamiento y al mirar a la derecha ves que tienes que subir un desnivel muy muy importante en poca distancia. Vaya regalito. Pues nada, modo reductora y a subir. Aquí ni el Strava te controla, porque no avanzas nada. ¡Cómo subirán por aquí los cracks! Ya todo el terreno es prácticamente técnico, de piedras... que ganas de llegar al kilómetro 23. Me alcanza la cordobesa y vamos hablando. Ambos pedimos un carrilito para correr un poco, pero no hay piedad, nos dirigimos a la bola. Allí la niebla se apodera de la carrera; no tengo ganas de correr entre tanta piedra. Tranquilidad. Allí está Fernando, como siempre para inmortalizar a cada corredor. Un crack. Tras pasar la bola y bajar hasta llegar a un avituallamiento... cerveza de rigo (sin alcohol, pero cerveza). Llega Juanjo, y nos tomamos la cervecita, nos la merecemos. Los voluntarios me comentan que aun queda una subida. ¿pero como puede ser? Bajamos por un terrerno arenoso, pero con piedras, pero a buen ritmo, rapiditos. Otro avituallamiento y seguimos bajando, pero tranquilo, luego hay que subir. Y aquí llega mi pequeño calvario. Empiezo a notar calambre en la pierna derecha. Vaya, vaya, hacía tiempo que no los padecía. Esto me deja claro que la carrera está haciendo mella, y que su dureza no era una broma. Subimos y subimos y yo con la precaución de evitar en la medida de lo posible forzar. Pero ahora son las dos piernas las que sufren calambres. Pues parece que los últimos kilómetros van a ser muy divertidos. Lo único positivo, ya solo queda bajar. Y ahora si es verdad. Me encuentro fuerte para bajar. Bajo a buen ritmo y cómodo. Alcanzo a varios corredores y los paso.
Llegamos a un punto en el que nos quedan unos 5 km y estamos en tiempo de bajar de 6 horas. No está mal. Se lo comento a Juanjo y vamos a tirar. Llegamos a una zona de sendero muy corrible, y ojo, llegó el aterrizaje. Vaya castañazo me doy. Juanjo va por delante, menos mal que no iba muy pegado, porque si no me lo como. De boca, como mandan los cánones. Caigo y los bidones amortiguan el golpe de tal manera que casi no me hago nada. Caigo y giro rápidamente a la derecha, y de un ávido movimiento me siento al borde del precipicio. Juanjo para, me pregunta que tal estoy. También para un corredor que iba 50 metros más adelante para interesarse por mi estado. Así sería el aterrizaje. Me levanto con la ayuda de Juanjo, me observo por encima y no veo nada de gravedad. Magulladuras en las rodillas, en la barriga y un poco en las costillas (esto lo vi después). También en el hombro derecho. Vaya talegazo. Le digo a Juanjo que a correr, antes que me enfríe y me duela todo. Me pongo delante y tiro de los dos. Más adelante le digo a Juanjo que se ponga él, que así me abre camino. Una caída y no más. Ya por hoy iba completo. De aquí al final disfrute. Ambos muy contentos porque sabíamos que ya terminábamos y, al menos por mi parte, contento por el tiempo. Voceábamos de alegría, como diría alguno, si llegamos a ganar no hay quien nos aguante. Al final 5.59 h y otra vez acabando con el compañero de fatigas, Juanjo. Tractorismo total.
PD: Me sorprende que hombres como SuperPaco, a su edad, sean capaces de superar esta carrera con el nivel técnico y de desnivel que plantea. Lo de super se le queda corto.
En definita.....
Otra meta...... cantando bajito.

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