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A TOPE

miércoles, 20 de abril de 2016

I TRAIL VILLA DE CASARES



Una semana después de la carrera de Estepona, llegaba el I Trail Villa de Casares, un trail en el que nuestro club participaba como organizador y donde algunos compañeros ha desarrollado un trabajo espectacular. Podía haber estado de voluntario, pero la marcha de las inscripciones en un principio no eran muy fluidas, y puesto que iba a haber personal suficiente, decido apuntarme y aprovechar la carrera como entreno.

A esta prueba llegaba tocado. Tocado puesto que un virus me había dejado K.O. toda la semana. No había podido entrenar ni un solo día. Toda la semana había estado con fiebre y con malestar de estómago. Osea, llegaba a la carrera sin saber como iba a responder. También acudió a Casares mi hermano. Él lo hacía a la distancia corta (10 km) e iba a poder probarse de nuevo en esta distancia. Yo por mi parte elegía la distancia larga, 22 km.
Comenzaba la carrera y como es habitual, desde atrás y tranquilo. Había que esperar sensaciones. Además conocía el recorrido y sabía que lo duro estaba al principio y al final, con lo que no había que malgastar energías al principio para llegar vivo a los últimos 3 km. La primera subida importante es hasta el refugio. Aquí prácticamente se va en fila y casi no hay opción de adelantar, y el que lo hace, a no ser que sea un bicharraco tampoco te va a sacar mucho. Así que a mi ritmo, sin prisa pero sin pausa; además, los tiempos en un corredor como yo son secundarios. El reto principal siempre es acabar, cruzar la meta y disfrutarlo. Pasado el refugio, llega el tramo de subidas leves y bajadas. Aquí me da alcanza mi hermano, concretamente en el kilómetro 5 de carrera. El tío está fuerte subiendo y lleva una muy buena progresión. Le digo que tire, que ya solo le queda la mitad de la carrera y casi todo es de bajada, que apriete hasta donde vea conveniente y lo disfrute. Se marcha. Yo, a lo mío. A mi aun me quedaban más de 15 km por delante. Sigo a un ritmo cómodo, sin forzar y siempre guardándome ese pequeño extra en la reserva, que al final siempre se agradece. Cuando llega el terreno de bajada más continua me dejo llevar. Hago tres kilómetros por debajo de 4.15 minutos lo que me permite adelantar corredores y unirme a un buen grupito. También doy alcance a mi hermano. Sigo un poco con él hasta que llegamos al cruce donde él tiene que dirigirse a meta, y yo a completar los últimos 12 km de carrera.
Lo bonito de esta carrera es el encontrarte con tantos compañeros de club, tanto participando, como de voluntarios. Allí estaban los tíos siempre dando ánimos y cuidando que todos los corredores estuvieran seguros. Un lujazo, si señor.
Estos últimos kilómetros mantengo un ritmo constante y sabiendo que mi tiempo iba a estar sobre las 2.30 h. No estaba mal, no estoy para más. Llego al último tramo y ahora toca subir y subir hasta el pueblo. Dejo atrás a dos corredores con los que había estado alternando posiciones en carrera, y me caza una corredora de La Linea que ya no tuve capacidad de alcanzar, a pesar de tenerla siempre a tiro.
Bonita llegada al pueblo con los compañeros animando y un gran ambiente en la plaza. Una pena que el tiempo no acompañara, porque si el ambiente ya era bonito, hubiera sido aun más si el dichoso sol hubiera hecho acto de presencia.
"Otra meta... cantando bajito"

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